0
Tu carrito está vacío
Antes del Paris-Dakar, Rally Pan-Am o el Score 1000 hubo dos locos en dos Hondas CL72 bajando desde Tijuana a la Paz cuando todo en la península te picaba, mordía o cortaba y que a más de un motociclista ha dejado en silla de ruedas, en una época que no había pavimento, gasolina u hospitales y era tierra sin ley.
Cuando Honda entró a los Estados Unidos a vender sus motos, el "hecho en Japón" era sinónimo de barato y chafa, los americanos usaban Harleys, Triumphs o BSA que eran caras, pesadas, difíciles de manejar y chorreaban aceite. Por lo que las motos ligeras de Honda no eran tomadas en serio, pero en cambio Honda si quería ser tomada en serio. Tenían anuncios como "la gente más linda va en Hondas" y la Cub era la moto con la que sostenían sus ventas. En 1962 sacan una nueva moto 250cc CL72 bicilindrica con un escape scrambler alto. Al mismo tiempo la marca japonesa había ganado el Isle of Man en las categorías 125 y 250 pero los americanos ni se enteraban de esto.
En 1962 los hermanos Dave y Bud Edkins querían ser los primeros en recorrer la Baja desde Tijuana a La Paz. Bud Edkins pasaría a la historia por ser el doble que hace el famoso brinco de la barda de alambre de púas en la película El Gran Escape de Steve Mcqueen.
La idea de recorrer la Baja no era romper ningún record, no había nada que romper. Es una hazaña equivalente a ser el primero en llegar al Polo Norte o a la cima del Everest. Era un todo o nada.
El 22 de marzo de 1962 después de salir de trabajar se fueron de Los Ángeles a Tijuana donde en la oficina de correos mandaron un telegrama para que quedara asentada la hora de salida. Con las dos motos totalmente stock excepto las llantas, cadena y amortiguadores; y con las dos llantas delanteras apuntando al sur empezaron a andar. Esa moto tenía una autonomía de 80 kilómetros a full gas y si la cuidabas de hasta 140 kilómetros lo que daba el primer problema ya que la última gasolinera antes de la Paz era en Ensenada por lo que consiguieron a un amigo con una avioneta Cessna que los vería cada 130 kilómetros con gasolina.
El anochecer llegó pasando Santo Tomás y al alba los dos motociclistas se cortaron y se fueron al suelo con un cable atravesado a la mitad del camino (ciertas cosas no cambian en la Baja). En Santa Inés encontraron a la avioneta y tuvieron que quitar la salpicadera trasera de una de las motos por la caída para poder continuar hasta El Arco donde esperaron y esperaron a la avioneta que se había equivocado y había aterrizado en otro lugar. La avioneta despegó cuando estos estaban llegando y jugaron al gato y al ratón durante un buen rato. Siguieron por el Oceano Pacifico porque hay que recordar que no había mapas, cartografía, GPS o nada que los ayudara a navegar y quien ha estado en la Baja sabe de la neblina de la costa del Pacífico que los hizo perderse hasta encontrar unas huellas de motocicletas que siguieron hasta después de un tiempo se dieron cuenta que eran sus propias huellas y con la noche bajando hicieron una fogata y durmieron a la intemperie en una noche muy larga. La avioneta hizo lo mismo sin noticias de los motociclistas.
Al día siguiente siguieron hasta encontrar a dos lanchas de fibra de vidrio que les vendió algo de gasolina y pudieron seguir (ciertas cosas no cambian en la Baja). El encuentro con la avioneta vino en La Purísima, pero la caída del día anterior habría de pasar la factura, al quitar la salpicadera trasera se expuso y rompió el filtro de aire que era de papel y todo el polvo había entrado para hacer un agujero en un cilindro de una de las CL72 a tan sólo 336 kilómetros de la llegada. Los hermanos decidieron separarse con la moto con un sólo cilindro a un paso más ligero siguiendo las huellas de la primera moto que llegó a la oficina de correos de La Paz 39 horas y 56 minutos después de su salida en Tijuana y 952 millas después hicieron lo que era impensable en cualquier moto.
La noticia corrió rápidamente entre los corredores de Off-Road y pronto más personas copiaron lo que los Ekins habían hecho, que en el medio se empezó a conocer como "The roughest run under the sun" y en 1967 se volvió la carrera que hoy conocemos.
Dave Ekins ganó un par de medallas de oro en el ISDT e ingresó en el Motorcycle Hall of Fame, inventó la riñonera con velcro y fundó la compañía Sunline. La Baja 1000 inspiró otras carreras como el Rally Dakar. La pequeña compañía japonesa que nadie tomaba en serio cambió el mundo de la motocicleta y Baja? pues no ha cambiado mucho, todo sigue picando, mordiendo y cortando; cualquier viaje en cualquier moto sigue siendo una aventura y no hay nada como tener tu moto apuntando hacia el sur, acelerando, viendo el mar y sonriendo abajo de tu casco porque es el mejor día de tu vida.