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La tecnología cambió todo y hoy cualquiera que tenga acceso a un plotter puede hacer un letrero. Las tipografías se escogen en una computadora, se teclean en una pantalla y lo demás lo hace una maquina. Lo único que queda manual por hacer es hacer click en el ratón y luego quitar lo que no quieres del vinil para ser pegado en cualquier superficie. Esto suena increíble, los resultados son perfectos, cada línea, cada trazo es perfecto y cuando todo esto empezó todos queríamos esa perfección. Años después lo único que pasó es que todo se ve igual en cada uno de los negocios de todas las calles del mundo, sin atractivo alguno sirviendo el propósito de llamar a la gente de un lugar de consumo al otro.
Pero hubo tiempos donde los letreros hacían más que eso, las personas que hacían los letreros a mano entendían que la arquitectura del edificio influenciaba el diseño del letrero que se le iba a poner. Tenían que saber la edad del edificio, entender los materiales como madera, vidrio, metal o aluminio y su combinación. Las tipografías no se escogían en un catálogo en una computadora o descargados de un sitio u otro, se creaban en el momento y si no le gustaba al dueño las borraban y volvían a hacer hasta que estuvieran satisfechos los involucrados. Cada letrero reflejaba la personalidad del negocio y de su dueño.
Hay algunos negocios que hoy encuentran un valor en pintar los letreros a mano, en ver que esos errores y fallas hacen que todo se vea mejor, único. Hay mucho trabajo involucrado en un letrero a mano y por eso nadie se toma el tiempo de hacerlo. Hay que planear como se va a ver, dibujos, esquemas y sobre todo algo que ya no nos gusta que es esperar porque la pintura a mano toma tiempo.
Nuestra tienda tiene muchos letreros pintados a mano y el año pasado nos presentamos en una expo donde nuestro stand fue pintado a mano durante el show y se podía ver que no era un vinil como todo lo demás que estaba allí. Se notaba que había alguien pintando la madera y no un plotter, habíamos logrado nuestro objetivo que era diferenciarnos.
Hoy vemos que muchos negocios, restaurantes y bares están volviendo a los letreros pintados a mano y no podemos estar más contentos con que estos artistas y artesanos sean valorados una ves más.