February 04, 2020 2 min read

Esta foto tomada el 13 de septiembre de 1948 en los Salt Flats de Utah se ha convertido en la foto más famosa de la historia del motociclismo y vale la pena detenerse un poco a analizar todo lo que nos dice.

Lo que más nos llama la atención es que Roland "Rollie" Free va sólo con un traje de baño y unos zapatos. A sus 48 años de edad no era una varita de nardo y el equipo de moto suponía un sobrepeso por lo que ese mismo día decide romper el record de velocidad existente hasta ese momento con la friolera de 241.905 kilómetros por hora. Incluso hoy en día con la tecnología y motos actuales ir a esa velocidad es algo admirable, imagínense hace 70 años y con esa moto.

Abajo de los testiculos (que terminaron sin daños) de Rollie se encuentra una Vincent HRD Black Lightning con una pequeña modificación que le entregaba 72 caballos de fuerza torque. Aún hasta los años 50´s estas motos se consideraban las motos más rápidas que se podían comprar de agencia.

La historia de esta marca británica terminó en 1955 sólo 7 años después de la hazaña de Rollie, terminando con una marca que había iniciado en 1928, cuando Phillip C.  Vincent compra quebrada la compañía H.D.R. Vincent venía de una familia adinerada de rancheros en argentina, por lo que tuvo el capital suficiente para desarrollar motos de alto rendimiento.

Por décadas Vincent HDR desarrolló tecnología y motos emblemáticas como la Black Shadow, la Rapide Serie C o la Comet. La Vincent se diferenciaba de las demás motos por un velocímetro muy grande adelante del manubrio donde los constructores mostraban con orgullo y confianza que la moto llegaba a los 150 kilómetros por hora, velocidad que hasta ese tiempo era algo fuera de este mundo.

Vincent era un tipo obsesivo con la calidad y los detalles lo que lo llevó al éxito y al mismo tiempo al fracaso. Se dice que la compañía nunca llego a tener utilidades aún a pesar del alto precio de las unidades.

Las motos estaban hechas con tanta calidad que rara vez se descomponían y se estima que más de la mitad de las 12000 motos que se hicieron hasta 1955 siguen existiendo.

Vincent fue un visionario ya que con la llegada de la fibra de vidrio a principio de los 50s hizo una cubierta para sus motos emulando un Bentley, pensando que eso levantaría las ventas. Los años 60s y 70s vio la llegada de estos fairings en las motos dándole la razón una vez más a Vincent quien estuvo adelantado a su época.

En 1948 Vincent decide demostrar al mundo que tan veloz era su marca, toma una Black Shadow y le hace algunas modificaciones para subir potencia y aligerar la moto. Pero lo más increíble es que el piloto decidiera romper el record de velocidad sin ningún equipo de protección más que un casquito.

Otro record para la marca es que en enero de 2018 Bonhams subasta una Vincent 1951 Black Lighting por la friolera de 929,000 USD siendo la moto más cara vendida en la historia.